sábado, 23 de mayo de 2015

PERCEPCIÓN SENSORIAL.

Belleza, apoyos, fragilidad, el agua, siempre la misma y cambiante: rocío, mar o lluvia. Percibir las pequeñas cosas como tesoros. Al abrir la percepción sensorial, nos colocamos a la altura del niño y podemos mostrarle desde nuestro amor, ese pequeño mundo que también habitamos: el de las gotas de rocío, el del olor de los limones y la canela, el del tacto de una hoja seca de eucalipto. Y desde lo concreto y precioso, desde la multiplicidad de sus sentidos, manteniéndolos vivos, van realizando conexiones sinápticas que determinarán la amplitud de su mundo. Besos y amores, compañeiros de camino.

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